Hace más de 2,5 mil millones de años en el planeta Ceres, el único planeta enano del Sistema Solar que se encuentra entre Marte y Júpiter, se daban posiblemente las condiciones para albergar vida.
Además de la presencia de moléculas orgánicas como el carbonio, indispensables para la supervivencia de células microbianas este cuerpo celeste frío tenía de hecho una fuente de calor que podía calentar una reserva subterránea de agua líquida y salada, condiciones ideales para soportar formas de vida unicelulares.
El descubrimiento, publicado en la revista Science Advances del grupo de investigación liderado por la Universidad Estatal de Arizona, ha sido posible gracias a los datos recogidos por la misión Dawn de la NASA, ya concluida.
Así se ve el planeta Ceres según un vuelo simulado q