La infancia es la edad del juego, del descubrimiento y del “querer ser”. En una casa de Vicente López, a finales de los años 80, un chico pasaba horas escuchando discos y soñando con guitarras que parecían inalcanzables. César Gueikian , hijo de una familia de origen armenio, se pasaba tardes enteras tocando y mirando con fascinación las fotos de sus ídolos: Tony Iommi, Jimmy Page, Slash. Lo que todos tenían en común, sin que él lo supiera todavía, era que sus manos tocaban a una Gibson .
Si alguien le hubiese dicho a ese niño que décadas más tarde estaría al frente de la compañía y que sería principal responsable de su resurrección tras la bancarrota, seguramente no lo habría creído. Hoy, desde Nashville, Gueikian lidera una empresa con 2.500 empleados en todo el mundo, que fabric