A principios de julio, una oferta del extranjero cayó como un baldazo de agua fría en La Florida. Bolívar de La Paz, para afrontar la Copa Sudamericana, buscó a Martín Cauteruccio y le propuso mejores condiciones económicas que en Sporting Cristal , por lo que el uruguayo armó sus maletas y se despidió del equipo donde fue goleador y figura durante dos temporadas. De inmediato, en el Rímac buscaron un reemplazante de su calibre y ubicaron el nombre de Abel Hernández , otro charrúa con pasado en su selección y de buen presente. Pero todo quedó ahí.

El mismo Hernández declaró en medios uruguayos que hubo interés de Sporting Cristal, pero no se concretó. El presidente de Liverpool de Montevideo , su actual club, impidió su salida argumentando que era clave para el equipo y lo n

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