Tanta agresividad colma la paciencia de cualquiera. Necesitamos detenernos un momento y reflexionar. Nos está quedando un mundo algo estrábico y violento. Hay personas que chirrían mucho y encima no callan. Por ejemplo, recurrir a la violencia en las calles de Madrid para combatir la violencia en las calles de Gaza. Matar moscas a cañonazos porque Netanyahu mata niños como moscas.

Hay otros que en lugar de detener carreras de ciclismo prefieren detener rivales políticos de un maldito disparo en medio del cuello. Es el caso de Charlie Kirk que se atrevió a dialogar en las universidades, donde la discrepancia es tabú, con cientos de jóvenes no tan conservadores como él y un asesino estúpido detuvo su “carrera” de 31 años de un balazo. Lo grave no es solo eso, sino lo que viene después: aver

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