Los clásicos toros , con origen publicitario, de Osborne poco a poco van desapareciendo de muchos lugares en los que estaban emplazados en diferentes puntos de la geografía española, especialmente en colinas y junto a carreteras, creando una estampa muy familiar para numerosas personas pero que cada vez han ido generando más rechazo entre parte de la población.
Muchos de ellos a lo largo del tiempo han sido vandalizados o decorados con diferentes pintadas o mensajes y uno está de actualidad en los últimos días por el aspecto que ofrece a quienes lo ven desde el coche. Apareció este lunes a la entrada de Mérida y su imagen se ha compartido sin parar desde entonces en las redes sociales.
Toro palestino
Porque aprovechando su representativo color negro, alguien le ha aña