A través del consumo de fruta fermentada, los chimpancés ingieren una cantidad de alcohol que en un humano de 70 kilos equivaldría a 2,6 copas de vino, según un estudio publicado este miércoles en la revista Science Advances . Aunque previamente se había documentado la ingesta de etanol por estos y otros animales, esta es la primera vez que se cuantifican las cantidades exactas que consumen.
El trabajo ha sido liderado por Robert Dudley , investigador de la Universidad de Berkeley y creador de la hipótesis del mono borracho , que sugiere que la atracción de los humanos por el alcohol tiene sus raíces en comportamientos ancestrales de los homínidos y tiene su reflejo en otros primates.
Los autores cuantificaron las concentraciones de etanol en la pulpa de fruta caída de 20 especies de árboles en el entorno de dos poblaciones de chimpancés en Ngogo (Uganda) y Taï (Costa de Marfil). En la primera, la fruta con alcohol más consumida es un higo, Ficus musuco , mientras que en Taï es un fruto parecido a la ciruela del árbol Parinari excelsa . Para analizar el contenido de alcohol, los científicos utilizaron un dispositivo similar a un alcoholímetro, un cromatógrafo de gases portátil y una prueba química. Y todos registraron porcentajes de alcohol similares.
En promedio, las frutas tenían 0,32% y 0,31% de etanol en las dos poblaciones y, dado que los chimpancés normalmente comen alrededor de 4,5 kilogramos de fruta por día, los investigadores calculan que están ingiriendo lo que en un humano de 70 kg sería el equivalente a 2,6 bebidas estándar por día. Esto lleva a Dudley y su equipo a concluir que “la exposición alimentaria de los chimpancés al etanol puede ser crónica y considerable”.
Parte de la dieta
Los científicos no tienen claro si los chimpancés buscan activamente frutas con altos niveles de etanol, que suelen ser frutas más maduras con más azúcares para fermentar, o si la ingesta es más casual. Sin embargo, argumentan, la presencia de etanol en muchas especies de frutas que consumen habitualmente sugiere que el alcohol forma parte de su dieta habitual y probablemente formaba parte de la dieta de nuestros ancestros humanos.
Los chimpancés consumen entre el 5 y el 10% de su peso corporal al día en fruta madura, por lo que incluso concentraciones bajas producen una dosis sustancial de alcohol
Robert Dudley — Investigador de la Universidad de Berkeley y líder del estudio
“Los chimpancés consumen entre el 5 y el 10% de su peso corporal al día en fruta madura, por lo que incluso concentraciones bajas producen una ingesta diaria elevada: una dosis sustancial de alcohol”, afirma Dudley. “Si los chimpancés toman muestras de fruta madura al azar, esa será su tasa de consumo promedio, independientemente de su preferencia por el etanol. Pero si prefieren frutas más maduras o con mayor contenido de azúcar, este es un límite inferior conservador para la tasa probable de ingestión de etanol”. En otras palabras, el consumo podría estar subestimado.
Según los autores, el consumo de fruta ocurre a lo largo del día y los chimpancés no muestran signos evidentes de intoxicación. Sin embargo, la ingesta de alcohol podría estar implicada en algunos de sus comportamientos. “La búsqueda de alimento y el comportamiento social de los chimpancés pueden verse influenciados por la presencia de cultivos de frutas maduras y por implicación de etanol”, escriben los autores. “Los cultivos de higo F. mucuso en Ngogo atraen a grandes grupos de chimpancés, lo que a su vez resulta en mayores interacciones sociales para ambos sexos y en actividades sociales como patrullajes de límites territoriales y cacerías”. Además, el inicio de patrullas territoriales en Ngogo ocurre durante períodos de alta disponibilidad y consumo de fruta.
La atracción humana por el alcohol probablemente surgió de esta herencia dietética de nuestro ancestro común con los chimpancés
Aleksey Maro — Estudiante de posgrado de UC Berkeley y primer autor del artículo
Las tasas de consumo de fruta de los chimpancés pueden variar a lo largo del día y pueden incluir atracones. Por lo tanto, la exposición al etanol puede ser correspondientemente alta: la ingestión de unos 75 higos maduros en una sola sesión de alimentación produciría 10 gramos de etanol, aunque se desconocen las consecuencias conductuales de esta dosis.
“Los chimpancés consumen una cantidad de alcohol similar a la que consumiríamos si comiéramos alimentos fermentados a diario”, dice Aleksey Maro , estudiante de posgrado de UC Berkeley y primer autor del artículo. “La atracción humana por el alcohol probablemente surgió de esta herencia dietética de nuestro ancestro común con los chimpancés”.
La atracción del alcohol
Aunque la hipótesis del mono borracho lanzada por Dudley hace 20 años generó escepticismo entre los científicos, con el tiempo va ganando adeptos y se recogen más pruebas del consumo habitual de alcohol en primates y otras especies. “Los grupos de chimpancés machos a menudo se reúnen en el dosel de los árboles F. musuco para consumir fruta antes de ir a patrullar los límites de su comunidad”, comenta Maro. “Y el fruto de P. excelsa también es muy popular entre los elefantes, que se sabe que se sienten atraídos por el alcohol”.
A principios de este año, se registró por primera vez en vídeo el consumo de alcohol entre chimpancés de Guinea-Bisáu. Antes, investigadores de la Universidad de Dartmouth documentaron en pruebas de laboratorio que aye-ayes y loris perezosos cautivos prefieren el néctar con mayor graduación alcohólica e incluso chupetean los envases con esta sustancia cuando se vacían. Y en 2022, el propio Dudley colaboró con investigadores en Panamá para documentar que los monos araña consumen fruta fermentada cargada de alcohol en la naturaleza y expresan metabolitos de alcohol en la orina.
“El consumo de etanol no se limita a los primates”, sostiene Dudley. “Es más característico de todos los animales frugívoros y, en algunos casos, de los que se alimentan de néctar”. Entre los motivos que llevan a los animales a buscar el etanol, argumenta, podría estar el olor que les ayuda a identificar el mayor contenido de azúcar, que puede aumentar el placer de comer o que compartir fruta con alcohol infusionado influya en los vínculos sociales entre primates u otros animales.
Positivo en alcoholemia
Antonio José Osuna Mascaró , doctor en Biología y especialista en comportamiento animal, cree que el estudio es interesante, no solo por la estimación de la sorprendente cantidad de alcohol consumida a diario por los chimpancés de Ngogo y Taï, sino por cómo parece relacionarse con comportamientos muy concretos, como las patrullas de vigilancia territorial, la caza en grupo, y la cohesión general entre machos.
Creo que, pese a la cantidad de fruta, podrían dar positivo en una prueba de alcoholemia. Especialmente después de una sesión intensa de fruta fermentada
Antonio José Osuna Mascaró — Doctor en Biología y especialista en comportamiento animal
En su opinión, dado que su metabolismo para el alcohol no es muy diferente al nuestro, “se hace tentador especular con que estos comportamientos verdaderamente se vean afectados por la embriaguez”. Lo que parece claro, admite el experto, es que, con las cantidades que se documentan en este estudio, darían positivo si soplarán por el alcoholímetro. “Hay que tener en cuenta que consumen el equivalente a unas dos copas y media con 70 kg de peso”, comenta. “Creo que, pese a la cantidad de fruta, podrían dar positivo en una prueba de alcoholemia. Especialmente después de una sesión intensa de fruta fermentada”.
Sobre la hipótesis del mono borracho, Osuna asegura que es innegable que el alcohol ha formado parte de la vida de nuestros antepasados lejanos y hay cada vez más ejemplos de animales buscando activamente esta sustancia en la naturaleza. “Pero otra cosa diferente es el papel del alcohol para explicar nuestro comportamiento actual”, advierte.
Esto entronca con otra hipótesis llamada la “ teoría del mono dopado ”, recuerda el experto. “Aparentemente, alterar de forma voluntaria la consciencia, ya sea con alcohol o con otras sustancias, parece ser algo relativamente común”, resume. “Pero sobre la posibilidad de que tomar alcohol o psicodélicos haya tenido un papel en nuestra evolución y explicar aspectos de nuestro comportamiento moderno, tengo mis dudas”.