Hay algo fascinante en el deporte. No sólo se disputa en los estadios ni las peleas sobre el ring, también se libra en la arena invisible de las redes sociales, donde cada derrota se convierte en tragedia y cada victoria en una histórica hazaña . El sábado pasado lo vimos con Canelo Álvarez . Perdió con Terence Crawford y, de inmediato, el timeline dictó sentencia: su era terminó , su legado se derrumbó, su grandeza había caducado. El boxeo, con toda su teatralidad, no podía pedir un guion más dramático.
Lo curioso es que esa narrativa se volvió espejo del football. El domingo, los Chiefs cayeron con los Eagles y el veredicto fue idéntico.
“La dinastía murió”, algunos se atrevieron a publicar. En menos de 24 horas, México perdió a su campeón supermediano y la NFL perdió a su im