Manuel Aceves Sinaloa / 17.09.2025 14:02:00
En Sinaloa , el sonido de las balaceras ya no solo llena carpetas de investigación, también vacía pupitres. Desde septiembre de 2024, cuando estalló una nueva ola de violencia , la niñez y adolescencia viven con miedo de ir a la escuela , y miles de familias enfrentan un dilema cotidiano: enviarlos a clases o resguardarlos en casa.
La violencia, que en este estado suele medirse en cifras de homicidios, ahora también se cuenta en aulas cerradas y en días de aprendizaje perdidos. Y cada día que un niño deja de asistir, el rezago educativo se expande como otra herida invisible.
El miedo como rutina
Frente a una primaria cerrada en Culiacán , una madre lo dice sin rodeos:
“Miedo completamente… sale uno con la preocupación de