El partido en Liverpool saltó por los aires dentro y fuera del terreno de juego. Van Dijk representó la primera situación que, precisamente, desembocó en la segunda representada por Simeone. Fue con el gol del central neerlandés cuando el técnico argentino perdió los papeles y se encaró con la grada de Anfield. Se montó tangana en la banda técnica y acabó con Simeone viendo la tarjeta roja.
«Insultan todo el partido desde atrás del banquillo y no se puede decir nada. No es justificable, pero lo que son 90 minutos aguantando insultos… No es fácil. Entendía la situación y ojalá el Liverpool pueda mejorar en esa parte cuando identifiquen a la persona. El que tiene que estar calmado soy yo y soportar cualquier situación del otro porque estamos en un lugar en el que tenemos que soportar».