La imagen de buques de guerra estadounidenses apostados frente a las costas de Venezuela puede parecer un episodio estrictamente contemporáneo. Sin embargo, la historia ofrece un antecedente parecido: el bloqueo naval impuesto en 1902–1903 por Alemania, Italia y el Reino Unido, cuando estas potencias europeas recurrieron a la fuerza para exigir el pago de la deuda externa y de indemnizaciones, después de que el presidente venezolano Cipriano Castro declarara unilateralmente en 1902 una suspensión de pagos frente a sus prestamistas europeos.

El conflicto tuvo raíces económicas. Tras su emancipación, todas las naciones hispanoamericanas nacieron endeudadas. Venezuela no fue excepción y al separarse de la Gran Colombia en 1830 heredó una parte de los compromisos financieros asumidos junto co

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