Ese bombazo de Lucas Martínez Quarta sobre el final del partido le devolvió las esperanzas a River y a pesar de haber caído 2-1 como local contra Palmeiras , dejó la serie abierta para la revancha en Brasil el miércoles. Después de un primer tiempo olvidable, el equipo de Núñez se recuperó en la segunda parte, con un planteo más lógico y con más empuje que fútbol, para llegar a un descuento que todavía lo hace respirar en los cuartos de final de la Copa Libertadores .

Es que la sensación al terminar la primera parte era la misma entre todos los que estaban en el estadio Monumental. La eliminación quedaba a la vuelta de la esquina porque no se recordaba un baile semejante de un equipo visitante a River en un tiempo en Núñez. El conjunto de Marcelo Gallardo se iba cabizbajo

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