Seguir citando cifras escandalosas acerca de los pésimos resultados que obtienen nuestros estudiantes en Matemática de todos los niveles educativos en los distintos operativos de evaluación -locales, nacionales, regionales o internacionales- y que son aún mucho peores que los de sus pares en Lengua, no agrega nada a la discusión pública y menos a la política -cuyos actores principales asisten indiferentes a sus consecuencias .
Es hora de dejar de parlotear sobre las diferencias significativas que alcanzan los chicos de los sectores más favorecidos en contraposición a los más vulnerables. Tampoco, acerca de las desigualdades en los resultados de Matemática de los alumnos de escuelas de gestión privada en contraste con los de sus compañeros asistentes a escuelas públicas. Por otra parte,