La Policía Estatal de Florida ha sorprendido al mundo al anunciar la incorporación de un Corvette C8 Stingray incautado como parte de su flota oficial de patrullas. El superdeportivo, anteriormente en manos de criminales, fue transformado con los distintivos policiales y el equipamiento necesario para cumplir labores de seguridad.

El vehículo, con un motor V8 de 6.2 litros y 495 caballos de fuerza, alcanza una velocidad máxima de 312 km/h, lo que lo convierte en una de las patrullas más rápidas en la historia de las fuerzas de seguridad de Estados Unidos.

Según la Policía de Florida, el objetivo de utilizar este automóvil no es solo práctico, sino también simbólico: enviar un mensaje claro sobre cómo los bienes confiscados al crimen organizado pueden ponerse al servicio de la comunidad.

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