Hecha la ley, hecha la trampa. Este es un axioma que los capos narco usan cada día para vivir y sobrevivir. Estando libres les sirve para mover kilos y kilos de cocaína; estando presos, lo utilizan para romper el aislamiento que en el último año y medio les impuso el régimen de detenidos de "Alto Riesgo".

El abogado Iván Carlos Méndez (52) -recibido en el Centro Universitario de la cárcel de Devoto- parece haber entendido esta lógica. Sin dotes especialmente notables para el ejercicio del Derecho, en el último año acumuló 15 clientes pesos pesados. Por nombrar algunos: Mario Segovia, Martín Lanatta, Julio Andrés Rodríguez Granthon, Uriel Luciano Cantero, Jorge Granier Ruiz y César Morán de la Cruz (alias "El Loco César").

La cuestión es que para los fiscales de la Procuraduría de Narco

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