
Un medio de transporte cómodo, un ejercicio saludable y una actividad sostenible que apenas contamina. Todo esto obtenemos si nos movemos en bicicleta por la ciudad , opción que cada vez resulta más sencilla gracias a medidas como la construcción de carriles bici, la creación de servicios de alquiler o el rediseño de las propias urbes.
Este tipo de actuaciones cuentan, además, con el respaldo ciudadano. No en vano, el 82% de la población mundial tiene una opinión favorable sobre esta forma de movilidad activa, dato que supera al automóvil (74%), las bicicletas eléctricas (73%), las motocicletas (59%) o los patinetes (53%), según datos de Ipsos.
Si hablamos de nuestro país, un hecho importante es que en España ya se venden más bicicletas que turismos , como asegura la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE), lo que evidencia que no estamos ante una moda, sino ante un elemento fundamental para el presente y, sobre todo, para el futuro de nuestras ciudades y pueblos.
Huella de carbono
Una de las principales razones para favorecer la implantación de la bicicleta es su baja huella de carbono e impacto ambiental.
El informe Las cuentas de la bicicleta, de la Coordinadora en defensa de la bici (Conbici) , basado a su vez en datos oficiales del Ministerio de Transición Ecológica , sostiene que las emisiones por persona transportada y kilómetro recorrido de la bicicleta, tanto la convencional como la eléctrica, son notablemente inferiores a las de los modos viarios de transporte de personas (un 7% y un 17% de las de los turismos , respectivamente).
Otra cuestión remarcable en este apartado es el hecho de que la bicicleta no emite los peligrosos contaminantes que salen del tubo de escape de los automóviles, como las nocivas partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), el dióxido de nitrógeno (NO2) y el ozono troposférico (O3).
Salud
A las ventajas ambientales anteriormente expuestas hay que señalar lo mucho que aportan este tipo de vehículos a nuestro estado de salud. Como explican desde el Instituto de Salud Global de Barcelona : “La bicicleta tiene muchos beneficios, ya que aumenta la actividad física y reduce, por ejemplo, la mortalidad prematura , l as enfermedades cardiovasculares y el riesgo de cáncer”.
Un estudio de la citada entidad, en colaboración con la Universidad Estatal de Colorado, señala que podrían evitarse hasta 205.424 muertes prematuras al año si los 17 países incluidos en dicho estudio alcanzasen niveles elevados de uso urbano de la bicicleta para el año 2050.

Copenhague
Otro estudio, publicado recientemente en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences , acaba de descubrir nuevas razones por la que conviene repensar nuestras ciudades para darle mayor protagonismo a la bicicleta.
«Si cada ciudad aumentara la extensión de su red de bicicletas al nivel de Copenhague (Dinamarca) , nuestras simulaciones indican reducciones en las emisiones de vehículos privados de aproximadamente un 6% y beneficios para la salud de unos 435.000 millones de dólares estadounidenses al año », afirman los autores de esta investigación, en la que han colaborado la Universidad de California en los Ángeles (UCLA) y Google.
Dicho estudio ha analizado los desplazamientos realizados a pie y en bicicleta en más de 11.500 ciudades de 121 países de 6 continentes . Un arduo y completo trabajo del que se derivan interesantes conclusiones, como la importancia de la densidad urbana y del rediseño de las calles para favorecer la movilidad activa a través de desplazamientos más seguros y cómodos.
Elevado potencial
Como apunta el citado estudio, el potencial de la movilidad activa (caminar y montar en bicicleta) se demuestra en ciudades como Ámsterdam (Países Bajos) y Copenhague (Dinamarca), donde aproximadamente la mitad de los viajes se realizan en modos activos.
Un éxito que radica en cuestiones como «las altas densidades de población, que acercan más destinos a una distancia caminable y en bicicleta y al diseño urbano que crea usos que dan a la calle , como escaparates».
El paper igualmente pone en valor políticas de movilidad activa como son «construir una red de infraestructura como carriles bici separados y cruces peatonales seguros y para restringir el uso del coche mediante la gestión del aparcamiento y otras políticas».

Recomendaciones
Los autores recomiendan a los gobiernos locales la adopción de varias medidas como aumentar la densidad de las ciudades . «Por ejemplo, flexibilizando los límites de altura, los requisitos de estacionamiento y otras regulaciones sobre el uso del suelo».
Dicha estrategia sería la más adecuada para los países ricos, mientras que en los lugares con bajos ingresos, habría que atender además otras cuestiones que no tienen tanto que ver con la forma urbana como con las dificultades financieras y los problemas de inseguridad.
Otra recomendación es el replanteamiento de las calles para que los viajes a pie y en bicicleta sean más seguros y cómodos . «Nuestro conjunto de datos destaca el papel de los carriles y senderos para bicicletas , pero otros aspectos del diseño de las calles (aceras, cruces seguros y medidas para calmar el tráfico, como intersecciones elevadas) también son importantes».
Calidad
La calidad de la infraestructura resulta igualmente crucial. Según los autores: «los carriles para bicicletas protegidos por bordillos o automóviles estacionados pueden atraer a ciclistas de todas las edades y niveles de habilidad, mientras que las redes exprés para bicicletas , como las de Montreal, ofrecen estándares de diseño más altos en rutas clave».
El equipo responsable de este trabajo ha publicado una guía para dirigentes locales y responsables políticos del transporte en la que muestran que, además de Copenhague y Ámsterdam, hay otros muchos modelos en los que se pueden fijar las ciudades interesadas en fomentar la movilidad activa y sostenible.