Los gendarmes que allanaron el domicilio de General Rodríguez sabían que mucha droga salía de esa casa semi precaria que ni siquiera tenía revoque en su frente. Como era de noche, primero no se dieron cuenta del montículo de tierra y lo pasaron por encima. Pero de pronto lo descubrieron debajo de un colchón sucio, y se pusieron a palear.

Ahí nomás de la casa, pero dos metros para abajo, habían construido un prolijo búnker (o caleta, como le dicen los colombianos) para guardar los panes de cocaína. Se accedía a él por una puerta de chapa y una escalera de material. En el interior se secuestraron 23 kilos de cocaína aunque a simple vista el lugar estaba acondicionado para recibir hasta una tonelada .

El operativo incluyo también cinco allanamientos más en Ciudad de Buenos Aires d

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