River Plate no pudo ante el poderío de Palmeiras. El equipo argentino se vio superado la mayoría del tiempo y perdió 2-1 en su casa, en la ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores. El gran villano fue Paulo Díaz, quien estuvo cerca de la expulsión y debió salir en el descanso.

En el recinto de Núñez se enfrentaron dos de los tres principales candidatos al título (el otro es Flamengo). Partido que, al menos en el inicio, el equipo argentino lo sufrió sobre manera, tal como le ocurrió al zaguero nacional.

A los 6 minutos, el tiro de esquina desde la derecha del ataque paulista terminó en el 1-0. Un cabezazo preciso de Gustavo Gómez, solo y sin marca, permitió la ventaja del único equipo que ganó los seis partidos en la fase grupal.

Conquista que marcó el derrotero del enfrentam

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