La isla ha dado un paso decisivo en su estrategia defensiva con la presentación del sistema Chiang Kung , un complejo antimisiles balísticos que marca un hito en la capacidad militar autóctona taiwanesa. Este desarrollo surge en un momento de creciente tensión regional, cuando Pekín contra Taipéi y la isla busca fortalecer sus defensas ante una posible invasión desde el continente.
El sistema destaca por su arquitectura tecnológica avanzada , que incluye un interceptor de dos fases operando en conjunto con un radar de exploración electrónica activa (AESA) desarrollado en territorio taiwanés . La primera fase del interceptor recibe coordenadas iniciales del objetivo a través de un radar montado en remolque, mientras que la segunda etapa se separa durante el vuelo y ac