Aquel moreno flaco parecía un papel, movido por el viento, cuando dio la vuelta canela con la que celebró el tercer gol que le metió al Barcelona de España la noche del 17 de septiembre de 1997. La camiseta del Newcastle inglés, franjas blancas, negras y un logotipo circular en el centro, le quedaba holgada, grande, a Faustino Asprilla.
Lo que no le quedó grande fue brillar, contra uno de los mejores equipos del mundo y en el torneo más difícil. Aquella noche Newcastle jugaba su primer partido en la Champions. Barcelona , que tenía a figuras como Rivaldo, Luis Figo o Luis Enrique Martínez, era favorito para ganar. Sin embargo, ese delantero colombiano delgado, que corría tan rápido que parecía que a cada zancada se iba a caer, se llevó todos los focos.
Anotó tres goles. El