Madrid

Falló el wifi. Siempre hay un momento en el punto más alto de la tecnología, en esa franja de la atmósfera que limita con el espacio, en que ya todo depende únicamente de un pavo con una llave inglesa. Habéis investigado años, habéis formado a los mejores ingenieros, habéis llevado vuestra cabeza al borde de la locura, y efectivamente habéis dejado al mundo a las puertas del futuro. Genios, visionarios.

Pero siempre, siempre, vais a depender de que un señor de 70 años, que está soñando con jubilarse para irse a vivir a Estepona, apriete una tuerca. Cuanto más maravilloso es todo, más frágil. El amor, la amistad, el mundo en el que vivimos: cuanto más lejos de la tierra estemos, más posibilidades hay de que venirnos abajo, y más dependemos de un tipo con un bocata y una llave ingle

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