En su comparecencia conjunta en Moncloa, Pedro Sánchez y Olaf Scholz adoptaron un tono más contenido sobre el conflicto de Oriente Medio; mientras en España la polémica crece por los fallos en las pulseras telemáticas para maltratadores y el Supremo mantiene en prisión al exsecretario de Organización del PSOE José Luis Ábalos.
Tono moderado en la visita del canciller alemán
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, evitó esta vez acusar directamente a Israel de genocidio, limitándose a decir que esa es la conclusión de un informe de Naciones Unidas que respaldan muchos españoles. Además, intentó mostrarse cercano al gobierno de Netanyahu en una rueda de prensa con el canciller Olaf Scholz.
Por su parte, Scholz admitió diferencias con España, especialmente en el reconocimiento del Estad