Es una mano amiga que siempre estará ahí sin pedir nada a cambio

El arte de ser un buen vecino – Todo empieza con algo tan simple como un saludo. Un ¡buenos días! con una sonrisa genuina, que le cambia el día a cualquiera. Es la primera jugada para crear una conexión efectiva, donde hay confianza y respeto mutuo. Es la persona que te echa la mano si vienes cargando con las bolsas del súper o que te sostiene la puerta para entrar al edificio.

Pero la cosa van más allá de ser amable. Un buen vecino es el primero en ofrecerse a regar las plantas cuando te vas de vacaciones; el que te cuida al perro un fin de semana o el que te recibe un paquete si no estás en casa. Y en los momentos difíciles, su apoyo es lo más valioso.

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