Cuando miramos el mundo, suele parecer que nada cambia ante nuestros ojos. Sin embargo, el cerebro sostiene esa imagen estable apoyándose en el ritmo , y no en la fuerza de su propio “baile” eléctrico: así como una orquesta mantiene una melodía reconocible aunque los instrumentos varíen en intensidad, un estudio reciente demostró que la clave para que siempre veamos el mismo paisaje pasa por la precisión con la que las neuronas marcan el compás.
Investigadores de la Universidad Rice lograron medir ese pulso cerebral y descubrieron que, aunque las neuronas pueden modificar cuánto y cuándo disparan, es la regularidad en su tempo lo que asegura la continuidad de nuestra visión cotidiana .
La estabilidad visual cotidiana se mantiene gracias a la precisión temporal de las neur