En el borde oriental del país, múltiples comunidades han soportado más de 30 años sin acceso regular a agua potable, sobreviviendo gracias a métodos rudimentarios de recolección de lluvia , acarreo desde fuentes naturales lejanas, y la solidaridad entre vecinos. Esta situación, que afecta principalmente a poblaciones rurales y dispersas, ha sido denunciada en repetidas ocasiones por líderes comunitarios, organizaciones sociales y defensores de derechos humanos, sin que hasta ahora se hayan tomado medidas estructurales por parte del Estado. La ausencia de agua no solo pone en riesgo la salud de miles de personas —especialmente niños y adultos mayores expuestos a enfermedades hídricas—, sino que también limita gravemente el desarrollo económico, la educación y la seguridad alimentaria en l

See Full Page