Javier Domínguez
18 de septiembre del 2025. Tuxtla Gutiérrez.-
En las frías celdas de los penales chiapanecos, cientos de mujeres enfrentan una doble condena: la privación de la libertad y el abandono, tanto del Estado como de sus propias familias. Una realidad marcada por el olvido y la desidia, que apenas es contenida por los esfuerzos aislados de organizaciones civiles.
Jacivi Gómez, presidenta de la Fundación Unidas por la Sangre, lleva 16 años visibilizando esta problemática. Desde su experiencia, asegura que la necesidad crece día a día mientras los apoyos oficiales siguen ausentes.
“Lamentablemente, la mayoría de las mujeres en prisión no reciben visitas, las familias las dejan en el olvido. Mueren en el olvido, esa es una realidad”, expresó con crudeza.
La situación en los cen