No importa cuántas veces se le reitere a un tránsfuga que su único día de gloria coincide con el abandono de la manada. Confunden el estallido de la supernova, regado por la adrenalina de la emancipación, con el comienzo de una carrera rutilante. En realidad, el tránsito solo conduce a un agujero negro, ya se trate de Montse Seijas (¿quién?) o de Idoia Ribas (camino del ¿quién?).

La ley inamovible del eclipse de los tránsfugas no resta valor electoral a las acusaciones formuladas ayer en Palma contra el bastión de la ultraderecha. En concreto, Vox pierde el voto de Idoia Ribas, de valor incalculable en la estima de su propietaria, pero diluido en el anonimato al sumergirlo en la urna. Basta pronunciar otro nombre propio, Macarena Olona . O Iván Espinosa de los Monteros .

Por pone

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