Vieja Champions, nuevo Madrid. El debut de Xabi Alonso en la máxima competición continental con el Madrid se explicó desde una presión alta y abrasadora . El plan se plasmó desde el primer minuto: adelantar líneas, asfixiar la salida de balón del Marsella, recuperar rápido y morder con urgencia . Ese guion permitió a los blancos fabricar ocho ocasiones de gol en el primer cuarto de hora del choque. Para el técnico, todo comienza arriba.
Durante los primeros compases, el Marsella no encontró oxígeno en un Santiago Bernabéu convertido en una cámara de presión. Cada salida gala se volvió un suplicio , y cada recuperación blanca, una llave maestra hacia la portería de Rulli. El meta argentino tuvo que intervenir con 10 paradas en la primera parte , una cifra que no se veía en C