César Quian
19 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.
Volvió Sabina a A Coruña como vuelven los grandes. Con rotundidad y vehemencia. Llegó y dijo, más que aquí estoy, aquí sigo. Su mes de abril sigue robado y su bulevar sigue teniendo los sueños rotos. Y todos sus admiradores respiraron aliviados con la sensación de que menos mal. De que todo está en su sitio.
El Coliseum rugió y coreó en los momentos de rugido y coreo. Se emocionó en los puntos de rasgeo sentimental y acompañó a esa voz rota por los zarandeos de la vida y las tiranías de la guitarra. Que, como decía Lorca, llora monótona como llora el agua y es imposible callarla.
Los temas de siempre ahondaron en los dolores irónicos, acaso con un toque cínico, también de siempre. A Sabina nos lo sabemos y, aun así, no deja de abrir