1: El “proceso revolucionario” nació mal. Es un mal nacido, como los árboles que jamás sus torcidas ramas enderezan. La formación de los conjurados para implantarlo escasamente excedía del desempeño militar. Conducir la Nación al desarrollo exige mucho más que eso. Venezuela no es un cuartel. Transcurridos 21 años, los hechos han demostrado el rotundo fracaso de los malnacidos que violaron su juramento de defender la Constitución.
2: Ante los hechos cumplidos, no existe teoría, ideología, filosofía, literatura, hegemonía comunicacional, adulancias, ni jalabolismos desvergonzados que valgan para “justificar” la gran farsa de una revolución de fantasía que solamente existe en la mente de los altos enchufados del socialismo. El país padece la inflación más grande del mundo, 3.5OO%, c