La pérdida de su madre durante el sismo del 19 de septiembre transformó la vida de Iván Olguín Villarreal y de miles que migraron a Celaya, dejando un legado de dolor, memoria y resiliencia

CELAYA, Gto.- Los estragos del sismo del 85 en la Ciudad de México no han sido olvidados por quienes dejaron todo: historia, familia, patrimonio, amigos y trabajo, para migrar a Celaya, la tierra llana que no tiembla de miedo por los latidos del mundo, sino que se mantiene quieta y firme, dispuesta a habitarse por un pueblo de remoto pasado y futuro prometedor.

Entre las tantas miles de historias que se desprendieron del sismo de aquella mañana del 19 de septiembre de 1985, se encuentra la luz y la sombra de Iván Olguín Villarreal, cuya madre murió bajo el desplome de un edificio esa mañana, un hecho

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