El oro mundial del triple salto ha vuelto este viernes a las manos de Pedro Pichardo, que se ha impuesto en la final en Tokio a Andrea Dallavalle con un último salto descomunal de 17,91 metros, lo que ha dejado una polémica celebración del atleta portugués.
Después de superar los 17,64 del italiano, que con ese registro se imponía en una serie dominada hasta entonces por Pichardo, el luso salió de la arena engrandecido, con rostro serio y haciendo gestos hacia la grada en la que se encontraba su equipo. Viendo que las cámaras le enfocaban de cerca, el triplista se agachó y exclamó a la cámara "¿quién es el mejor?", lo que podría interpretarse como un 'recadito' para Jordan Díaz.
El saltador español y el portugués protagonizaron un encontronazo en el pasado Europeo, cuando Díaz le superó