Por Marcelo Falak

Multicausal como toda crisis que lleva a un gobierno hasta la sala de terapia intensiva, la hora crítica que atraviesa la administración de Javier Milei, aturdida por estas horas por las palizas propinadas por las urnas, la calle, el Congreso y los mercados, tiene en Brasil un espejo donde mirarse.

En la noche del 6 de junio de 2013, jóvenes del Movimento Passe Livre(MPL) salieron a las calles de San Pablo, protestaron por un aumento del 6,66% de las tarifas de transporte. Piquetearon y protagonizaron algunos disturbios. Semanas después, esa ciudad estaba estallada de manifestaciones contra el gobierno de Dilma Rousseff, caldo de cultivo de lo que se masificaría en 2014 y pavimentaría el camino al impeachment de 2016, una conspiración hedionda, pero llevada adelante por

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