Barcelona A menudo, nada es lo que parece. Cuando los agentes de los Mossos d'Esquadra ven a tres personas entrando en tiendas e intentando vender primero un teléfono y después unas joyas, les siguen. El móvil es un iPhone Pro Max 16, pero que ellos vienen bastante más barato, por unos 300 euros. Y las joyas dicen que son de oro, pero las cadenas quieren colocarlas a 25 euros. Cuando, finalmente, los detienen, ven que una de ellas tiene dos "rojos". Por la emisora resuena varias veces este color: es el código interno para decir que alguien tiene una orden de detención pendiente. Nada es lo que parece porque los vendedores resultan ser fugitivos, el iPhone es falso –los agentes han ido hasta la tienda Apple a corroborarlo– y el oro no era oro –también han acudido a una tienda especializada
Una tarde en la caza de multirreincidentes por el centro de Barcelona

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