Las 07:19 de la mañana fue una hora que abrió los ojos de Ciudad de México en varios sentidos hace 40 años.
A esa hora del 19 de septiembre de 1985, un potente terremoto de magnitud 8,1 originado a unos 400 km en la costa del Pacífico, uno de los más grandes registrados en la historia de la región, sacudió durante unos 90 segundos a la capital mexicana.
Fue un minuto y medio que expuso lo poco preparadas que estaba la población, la infraestructura y las autoridades de CDMX ante un terremoto de gran magnitud en una zona de por sí vulnerable por el terreno en donde fue construida la ciudad.
“Antes de 1985 no se sabía, ni se tenía una idea clara de lo dramáticas que podían ser las sacudidas de la ciudad, principalmente por la naturaleza del suelo en que está asentada gran parte de ella, qu