El estado de Morelos atraviesa una crisis de salud que pocas veces aparece en los titulares, pero que afecta de manera directa a miles de familias todos los días. La situación no se limita a la falta de infraestructura o personal médico. Hablamos de un problema estructural que combina pobreza, violencia, enfermedades crónicas y un sistema hospitalario al borde de la saturación.

Según datos de la Secretaría de Salud, Morelos cuenta con poco más de 300 unidades médicas, entre hospitales, clínicas y centros de salud. Sin embargo, muchos de estos espacios se encuentran en condiciones precarias por falta de médicos especialistas, carencia de medicamentos y equipo obsoleto. La pandemia de COVID-19 dejó al descubierto esta debilidad con hospitales desbordados, largas filas para recibir atención

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