España resolvió con solvencia el primero de los dos partidos amistosos que le enfrentan a Armenia (6-1, en el Pabellón Anaitasuna de Pamplona, el domingo en el Ciudad de Tudela). Gran parte de la culpa la tuvo el 1-0, conseguido a los 29 segundos de partido, tras un robo de Raúl Gómez, culminado con un taconazo sensacional por Adolfo.

El segundo tanto no se hizo esperar y, en una jugada de pizarra aparecía Javi Mínguez en el segundo palo para enviar el balón a la red. Un tanto que hizo que Ruben Nazaryan, seleccionador armenio, pidiera un tiempo muerto. Algo que permitió que España exprimiera al máximo este partido amistoso: primero, abriendo el marcador en los primeros compases, juego encarrilándolo con el segundo y, a partir de aquí, sentir a un rival que trataba de hacer daño en sus

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