De todos los recursos de comunicación política, el mitin debe ser el formato menos fiable. Enardecidos por el fervor de sus seguidores, los dirigentes se ponen tremendos. En Málaga hemos tenido la prueba el pasado fin de semana. Feijóo y Sánchez hicieron honor al desprestigio del género. El jefe del PP, convencido de que será el próximo presidente, promete de todo; mejoras ferroviarias, más policía para luchar contra el crimen organizado e igualdad en financiación territorial. “Lo más importante de un político es su palabra”, dijo enfático en Alhaurín el Grande el hombre que cuando sustituyó al defenestrado Casado dijo que no venía a insultar a Sánchez, sino a ganarle… y tres años después le ha acusado de vivir de la prostitución. En estos trances siempre recuerdo al gran Charles Pascua, g

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