La ciencia ha empezado a desentrañar un fenómeno con profundas implicaciones para la salud y la longevidad: las hembras de primates, incluidas las humanas, muestran mayor sensibilidad al asco que los machos .

Según investigaciones recientes recogidas por National Geographic , esta diferencia genera conductas más higiénicas y menor incidencia de enfermedades. El hallazgo indica que la aversión a lo desagradable protege a las hembras de infecciones y podría explicar su mayor esperanza de vida .

Varios estudios han documentado que, en distintas especies de primates, las hembras adoptan estrategias cuidadosas para evitar la exposición a patógenos. Cécile Sarabian , ecóloga cognitiva del Instituto de Estudios Avanzados de Toulouse, observó que las macacas japonesas hembras

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