En democracia también desaparecen personas. En 2009, al finalizar el primer mes de ese año, Luciano Arruga, de 16 años, dejó de existir. Las muertes fuera de tiempo evidencian la contingencia de todo; en el caso del adolescente que fue asesinado por la policía, tras rehusarse a delinquir para las fuerzas del orden bonaerense, lo endeble de la vida, y en especial de las vidas humildes, se tiñe de abyección. ¿Qué hacer ante actos semejantes?

Exigir la verdad, demandar justicia e intentar conjurar el orden social que sustenta el abuso y la impunidad. La película de Tatiana Mazú González no descuida ni cómo se esclareció el crimen ni qué sucedió en términos jurídicos, pero se centra en ese orden social que alienta la violencia institucional.

Los primeros minutos de Todo documento de civiliza

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