Pensar en una vida sin papel higiénico parece hoy impensable. Sin embargo, este invento cotidiano solo comenzó a popularizarse en Europa hacia finales del siglo XIX . Hasta entonces, la humanidad recurrió a todo tipo de soluciones creativas para ocuparse de una necesidad universal.
Los romanos fueron pioneros en buscar alternativas más sofisticadas. Inventaron el 'tersorium' , un palo con una esponja en la punta que se desinfectaba en agua salada o vinagre y se reutilizaba en las letrinas públicas. En contraste, los griegos preferían métodos más rudimentarios: desde emplear su propia mano hasta utilizar piedras pequeñas . Solo quienes tenían más recursos apostaban por vegetales como las hojas de puerro.
Durante la Edad Media, la higiene quedó en un segundo plano y la limpieza tras