
He tenido que leer varias veces la información de que el «hermanísimo» de Pedro Sánchez utilizó el palacio de la Moncloa para ocultarse de Hacienda y fingir que vivía en Portugal a los efectos de poder evadir impuestos. Repito, he tenido que leerlo varias veces y oír al autor de la investigación confirmar la noticia para terminar por hacerla verdad.
Resulta tan chusco, tan cutre, tan miserable, tan malversador de caudales públicos que la residencia oficial que los españoles pagan al primer ministro se haya utilizado para esconder a su hermano y a la novia de éste (japonesa por más señas) de la Agencia Tributaria haciendo creer a los inspectores fiscales que el señorito David y su graciosa pareja andaban de copas domiciliadas en la vecina Portugal, que una cosa así daría de bruces en el averno en cualquier país civilizado y democrático de nuestro entorno.
Durmiendo, papeando, libando a costa del contribuyente un tipo que ni siquiera contribuye después de cobrar un sueldo público de la Diputación de Badajoz por no hacer nada . Por fin, ya sabemos dónde el teórico músico tenía su centro de trabajo: en el palacio de la Moncloa. Por si fuera poco, la novia de semejante sujeto (aunque en definitiva el delito político corresponde al hermano Pedro) utilizaba la furgoneta medicalizada que los servicios monclovitas tienen para uso exclusivo del jefe del Gobierno.
Pero, ¿esto qué es? ¿Hace falta más prueba del uso fraudulento (en otros) de caudales públicos? ¿Acaso el tribunal que juzgue al falsario músico tendrá en cuenta estas nuevas circunstancias por si fueran o fuesen constitutivos de nuevos delitos?
La famiglia Sánchez, que ya viene muy tocada por los prostíbulos de todo tipo y condición, saunas gays, pagos en negro, grabaciones oscuras, etc, se ha limitado a decir que Moncloa es la «residencia familiar» del presidente y que no comenta nada de lo que ocurre bajos sus muros. ¡Mentira! Ése no es el espíritu por el que el Estado pone a disposición del primer ministro un edificio de propiedad pública. Su negativa viene a confirmar todo lo publicado por el joven investigador Entrambasaguas. Insisto, en cualquier país serio de Occidente, el presidente estaría ya bajo investigación judicial y políticamente fuera de palacio.
Pedir la dimisión del sujeto no conduce a otra cosa que melancolía.
PD. Para aquellos irredentos que no saben más que mirar al dedo. El padre de Rajoy era un señor de 90 años que vivía con su hijo en la Moncloa porque no podía valerse por sí mismo. El hermano de Sánchez es un señor de 50 años con casa propia que mientras vivía en Moncloa (con su japonesa novia) decía a la Agencia Tributaria que vivía en Portugal para pagar menos impuestos…
¿Entendido?