Hoyt Wilhelm telefoneó a su esposa Peggy una noche antes de su noveno aniversario de bodas y le preguntó qué le gustaría de regalo. La respuesta fue sencilla:“Algo bueno para mañana”. El pitcher de los Orioles cumplió al lanzar un juego sin hit ni carrera ante los Yankees el 20 de septiembre de 1958, un encuentro que apenas duró una hora y 48 minutos. Wilhelm realizaba su tercera apertura de la temporada y tuvo como rival de montículo a Don Larsen, quien dos años antes lanzó el único juego perfecto en una Serie Mundial.
La solitaria carrera del juego ante Yankees, que ese año sería campeón, fue por cuadrangular del catcher Gus Triandos. En la novena entrada y con dos outs, Hank Bauer intentó romper el sin hit con un toque de bola, pero la esférica salió de foul. El jardinero de los Yankee