Contra la espesura, contra cierta confusión y un equipo muy cerrado, no hay nada en el fútbol como un buen cañonazo. Como el que clavó Militao desde fuera el área al Espanyol y despejó cualquier duda. Con su gol como bandera, más luego el de Mbappé , un Madrid más gris que otros días volvió a sumar los tres puntos. Faltó fluidez, no está claro que funcionaran algunas ideas que puso en práctica Xabi pero lo cierto que el líder de LaLiga fue mejor que el Espanyol y no sufrió nunca. Le costó más jugar que ganar. Y eso son buenas noticias, no excelentes, pero sí la señal de que el equipo tiene recursos.
Peor impresión dio el Espanyol , que llegó como tercero en la clasificación y se fue del Bernabéu sin dejar nada reseñable, muy preocupado por tapar el ataque blanco y muy poco por g