Ubicado en el sur de Francia , en la región de Occitania, se erige un pintoresco pueblo medieval que parece desafiar las leyes de la física.
Construido sobre una roca abrupta , se eleva sobre el cañón del río Alzou, ofreciendo una vista impresionante que ha cautivado a viajeros y escritores por siglos.
Su arquitectura única, con casas que se superponen unas sobre otras como piezas de un rompecabezas, le otorga un aire surrealista y místico.
Así, además de su valor histórico, ofrece una increíble experiencia religiosa y sensorial, por lo que es visitado por distintos peregrinos de todas partes del mundo. Las casas, iglesias y tejados se funden con la roca, organizándose en niveles en la pendiente, desde la villa baja hasta el castillo en lo alto. Aquí, de qué pueblo se trata.
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