Donald Trump asume que no puede imponerse en un conflicto bélico con la Federación Rusa. Esa es la verdadera razón por la que abandona a Europa Occidental a su suerte. Tampoco pudo someter en términos geopolíticos a la República Popular China. Las negociaciones comerciales que sus funcionarios mantienen con Beijín, en , no exhiben la rendición que el magnate devenido en mandatario promocionó al inicio de su segundo mandato. Estados Unidos, en la cosmovisión trumpista, necesita verse triunfante en alguna guerra. La megalomanía trumpista no puede verse sin doblegar a otros pueblos. Se siente obligado a ofrendarles, a sus seguidores supremacistas, la figuración de una potestad que la multipolaridad empieza a resquebrajar.
La nueva piratería caribeña ha sido desplegada para presionar, intimid