Lo que comenzó como una cancelación en la televisión, se convirtió en un estallido en las calles de Estados Unidos. Tras la suspensión del programa de Jimmy Kimmel , cientos de personas salieron a protestar en distintas ciudades del país, apuntando directamente a Disney , la gigante compañía que controla ABC.
Las manifestaciones reflejan un descontento ciudadano que mezcla frustración por la decisión de la cadena y preocupación por la influencia de grandes corporaciones en el entretenimiento. Según algunos participantes, .
El impacto se sintió desde Los Ángeles hasta Nueva York , con concentraciones frente a oficinas de Disney y cadenas locales de ABC. La suspensión del programa ha generado debates en redes sociales, con hashtags que se han vuelto tendencia y foros llenos