Podría decirse que Suavecito es un perro de raza indefinida. En su casa, en La Falda, dicen que tiene “aires de caniche” cuando se pasea en busca de caricias y de alguien con quien jugar.
Llegó al hogar de la familia que conforman Ludmila Ochoa (38) y David Alba (38) más sus hijos Lautaro (10) y Thiago (16), en años de pandemia, allá por 2021.
En La Falda y el centro del Valle de Punilla, el apellido Alba está ligado con la apicultura.
Los hijos de David y Ludmila son la cuarta generación de esta familia que se dedica a recolectar miel de abejas y a venderla en distintos puntos de la provincia y del país. El emprendimiento Reinas del Sol se ganó un nuevo trabajador con la llegada de Suavecito, pero el pequeño can salió maltrecho de sus primeras incursiones en el apiario que está ubicado