El mundo del espectáculo no deja de sorprenderse con Madonna , quien a sus 67 años parece más decidida que nunca a redefinir los estándares de belleza en la industria. Lo sorprendente es que este “renacer estético” no proviene de la mano de un cirujano plástico, como había ocurrido en el pasado, sino de un cambio de rumbo radical. ¿El responsable? Su novio Akeem Morris, un modelo nigeriano 38 años menor, quien ha logrado lo que parecía imposible: que Madonna diga adiós a las cirugías invasivas y apueste por métodos de rejuvenecimiento más naturales.

Las imágenes de su reciente viaje a Italia, donde celebró su cumpleaños junto a Akeem y parte de su familia, muestran un rostro más fresco, con expresión y movimiento, alejándose del efecto rígido y antinatural que tanto dio de qué hablar

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