Opinión / Carlos Verucchi / En Línea Noticias (Twitter: @carlos_verucchi)

Mientras la economía marchaba con viento de popa y Menen y Cavallo se peleaban la autoría intelectual del modelo económico, paradójicamente, Fernando de la Rua ganaba las primeras elecciones en la (de acuerdo a la nueva constitución) Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Los argentinos nos habíamos acostumbrado al liberalismo económico y dejaban de preocuparnos los gigantescos bolsones de pobreza que se cernían en torno a ese supuesto bienestar económico. El famoso uno a uno en la paridad peso versus dólar se había hecho carne en nosotros y muchos creían que la modernización de las estaciones de servicio en las rutas argentinas era una señal de prosperidad que nos llevaría al primer mundo.

Cuando despertamos del sueño

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