El hallazgo de un retrato en miniatura del siglo XVI ha reavivado las conjeturas sobre la naturaleza de la relación entre William Shakespeare y su primer mecenas, Henry Wriothesley . Un acto de vandalismo descubierto en la pintura podría aportar pruebas sobre la identidad del enigmático “joven hermoso” al que el dramaturgo inglés dedicó algunos de sus sonetos más célebres, según sostienen los expertos.
La pieza, de apenas 5,7 centímetros, fue identificada por las historiadoras del arte Elizabeth Goldring y Emma Rutherford , quienes quedaron impactadas por la apariencia andrógina del retratado: largos rizos dorados, chaqueta con motivos florales y ojos azules de expresión sugerente. En la época isabelina, el cabello largo en los hombres solía asociarse con rasgos femeninos y era ob